La identidad es aquello que nos hace ser lo que somos. Pero ¿qué nos hace ser lo que somos? Nuestra esencia. Ya, pero ¿qué es la esencia? Aquello que nos hace ser lo que somos. O sea, un círculo vicioso. Ante esta pregunta caben, a mi juicio, dos posibles respuestas. Primera: la idea de identidad no sirve para nada, y es mejor desecharla. Segunda: intentar forjar una "identidad" desde la certeza de que no hay ninguna esencia fija que nos defina, y soslayar de este modo el círculo vicioso. Esta segunda opción es muy costosa, pues implica que uno debe, primero que nada, preguntarse a sí mismo quién o qué es, quién o qué quiere ser y qué camino es el mejor para alcanzarlo. Además, este proceso de búsqueda no garantiza que, al final del camino, uno halle una respuesta final y satisfactoria. La incertidumbre es el horizonte ineludible de toda búsqueda de una identidad. Pero encima, y por si fuera poco, hoy en día las posibilidades de construir un proyecto son muy grandes, lo que ...