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Mostrando entradas de 2017

La cena

Después de varios meses sin verse, los cinco habían quedado para cenar en la nueva casa de Rojo. Como de costumbre, Azul llegó tarde, lo que provocó las reprimendas de Amarillo: - Siempre igual. De verdad, yo ya no sé si es que lo haces a posta o es que tienes un talento innato para fastidiar al resto -dijo, con un tono claro de reproche. - Sabes que una de mis virtudes consiste en hacerme desear siempre que pueda -contestó Azul, no sin cierto aire de burla. Verde estaba sentado en el sofá del salón principal, sorbiendo con delicadeza una copa de vino tinto mientras observaba a sus compañeros con una mirada de desprecio. De entre todos, Verde era sin lugar a dudas el más sofisticado. Vestía trajes caros, aprovechaba cualquier ocasión para citar a alguno de sus filósofos favoritos y no podía evitar usar un lenguaje condescendiente para con el resto: - No entiendo qué hacemos aquí hoy. Estoy empezando a pensar que Rojo ha perdido definitivamente el poco juicio que le queda

El vacío de la existencia

El vacío de la existencia se refleja todos los días en nuestros actos. Esa mirada perdida en el horizonte mientras sostienes entre tus manos el primer café de la mañana; ese caminar errático camino del trabajo, acompasado con divagaciones sin fin; esas interminables noches de insomnio que te dejan el pecho encogido; el desasosiego que acompaña el final de una relación amorosa, de una amistad o de un familiar; el fin de un libro cautivador, de una hermosa película o de una serie que te acompañó durante años; el viaje eterno hacia ninguna parte que siempre resuena de fondo, como el eco de una vida que jamás será real. Estos, y muchos otros, son ejemplos cotidianos y vitales del vacío de nuestra existencia. La existencia nunca deja de llamar a la puerta para recordarnos lo efímera, escurridiza y líquida que es nuestra estancia por estos lugares; nos llama la atención, una y otra vez, para inquirirnos: ¿Estamos viviendo auténticamente el precioso tiempo que por azar se nos ha otorgado?

¿Qué significa ser queer?

En una de sus obras, la filósofa Judith Butler dice lo siguiente: "¿Existe un buen modo de categorizar los cuerpos? ¿Qué nos dicen las categorías? Las categorías nos dicen más sobre la necesidad de categorizar los cuerpos que sobre los cuerpos mismos". En otras palabras, no tenemos por que usar etiquetas para definir, clasificar, organizar y entender nuestros cuerpos; o, al menos, no necesitamos utilizar esas etiquetas para comprender realmente cuál es nuestra "identidad", si es que esa palabra significa o denota algo. Así, términos como "hombre", "mujer", "heterosexual", "homosexual", "bisexual", "gay", "lesbiana", "transexual" y tantos otros caen en saco roto; en verdad, no son sino meras palabras que usamos para comunicarnos, nada más. Podríamos emplear otras palabras, o ninguna, pero el caso es que, por necesidades de orden social, tenemos que simplificar el modo en que nos relaci

La diferencia entre Estado de Derecho y Estado democrático

No significan lo mismo los conceptos de “Estado de Derecho” y “Estado democrático”. Y es que muy a menudo ambas nociones se confunden o, en el mejor de los casos, se presentan como un todo indisociable. Pero no es lo mismo vivir en un Estado democrático que vivir en un Estado de Derecho, pues las reglas que articulan cada uno de estos Estados son diferentes; precisamente por eso conviene aclarar y pensar detenidamente qué significa eso de que vivimos en un Estado democrático de Derecho, que sería el resultado de combinar ambos conceptos. Pues bien, sin querer llegar a un análisis profundo, podemos partir de una consideración histórica que nos va a servir para situarnos en la problemática planteada. Es bien sabido que la historia de las ideas políticas en Occidente ha venido determinada por la dialéctica entre dos corrientes de pensamiento, a saber, la corriente democrática y la corriente liberal. La primera se basa en la regla de la mayoría, mientras que la segunda se fundamenta