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Mostrando entradas de 2013

A mi sobrino, Daniel Peres Medina

Desde que tengo un mínimo uso de razón he dedicado mi vida a buscar la verdad. Prolíficas búsquedas en torno a qué es lo real, cuál es el sentido de nuestra existencia o qué objetivo tiene la vida. Como es lógico, no tengo una respuesta definitiva, pero sí que he hallado un sentimiento profundo y genuino: mi amor por ti. Eres la luz de mi vida. Te quiero.

Libertad y destino

Son muchas las veces me he preguntado por la naturaleza del ser humano. El caso es que me desconcierta -y mucho- el "hecho" de que nuestra existencia carezca de un propósito, de un objetivo. Parece que hemos asumido, consciente o inconscientemente, que nuestra vida se reduce a la mera supervivencia; no hay un fin mayor al que aspirar. Nuestra naturaleza, por tanto, se reduce, precisamente, a no tener naturaleza; esto es, a libertad. ¿Qué significa esto? Simple y llanamente: que el sentido de nuestra vida sólo puede venir desde nosotros mismos. Pues bien, yo no estoy de acuerdo con esto. ¿Por qué? Porque creo que una vida completamente libre, carente de todo propósito, es, por sí misma, absurda. Es absurdo afirmar la libertad humana y negar la obligación que implica, necesariamente, dicha libertad. ¿Qué significa "libertad" sino aceptar nuestro destino? En efecto, sólo una libertad "destinada" tendría algún sentido para nuestro frágil y débil intelecto

El capricho de los sentimientos

A veces, cuando menos te lo esperas, ocurre algo en tu vida cotidiana y tranquila que perturba ese estado de sosiego y casi aburrimiento que todos intentamos evitar. ¿A qué me refiero? Bueno, no sé si alguna vez os ha pasado que habéis conocido a alguien, a alguien que es un completo desconocido y que, sin embargo, te da la sensación de ser muy conocido, de ser especial; alguien con quien tienes "feeling". Es impresionante cómo una persona con la que apenas has tenido trato, con la que apenas has hablado antes, con la que no has tenido ningún tipo de relación, se presenta y produce en ti esa sensación interior agradable, esas mariposas que te revitalizan y que rompen tu obcecada monotonía. Es entonces cuando los sentimientos empiezan a hacer su jugada y surge un amor caprichoso, es decir, un amor que no eliges y que, sin embargo, provoca en ti la más hermosa de las sensaciones. Aquí es donde, en tan sólo un segundo, llegas a comprender una verdad fundamental: no hay liber

Conócete a ti mismo

Seguro que a lo largo de tu vida has sentido eso que la gente llama "altibajos". Estamos continuamente cambiando nuestro estado de ánimo, consciente o inconscientemente, cada vez que algo perturba nuestro habitual sosiego. Es normal -saludable incluso- que intentes buscar normalidad, seguridad y confort en tu vida, mas ello no puede cegarte respecto a una verdad fundamental: la vida no es todo alegría y color. En ocasiones experimentarás cosas nuevas que pueden afectarte, tanto negativa como positivamente, y es responsabilidad tuya -únicamente tuya- aprender a controlar las consecuencias de tus decisiones. Lo que intento decirte es que no debes huir de ti mismo, negando la realidad de los hechos: somos humanos, es decir, libres, y nuestro modo de ser nos impele a que nos hagamos a nosotros mismos. No tengas miedo a decidir, y deja de obsesionarte por estar bien todo el tiempo; es mucho más lúcido que aceptes los momentos de dolor, que juegues con ese malestar, y que a partir

Para Elisa

Es la primera vez que no tengo palabras para expresar lo que siento por alguien. Tan sólo ten en cuenta que, si es así, se debe al hecho de que, simplemente, eres la mejor persona que he conocido en mi vida. Espero que nunca dejes de ser mi amiga, porque no quiero perderte nunca. Te quiero tonta!! 

Vida

¿Por qué tienes miedo a vivir tu vida? ¿Acaso no es esto maravilloso? Ya sé, me vas a decir que tienes muchos problemas, que a veces estás desanimado. Te entiendo, pero no puedes quedarte ahí. ¿Sabes por qué? Porque la vida no entiende de motivos, no sabe en qué consiste una razón. Ella simplemente da, sin esperar nada a cambio. De ti, sólo de ti, depende la lectura que hagas de la vida. Puede ser positiva o negativa. Si no puedes hacer la positiva, espero que tengas la fuerza suficiente para empezar de nuevo. En fin, la vida sólo entiende de vida; si quieres vivir, vive.

France, je t'aime

Echo de menos el frío matinal de París bajo el olor del pan caliente. Añoro ese aroma romántico y desenfadado de mi tierra, mi país; echo de menos la musicalidad del francés, echo de menos pasear por las tierras de Proust, Rimbaud, Victor Hugo y Julio Verne. Recuerdo con melancolía la belleza de sus paisajes, la incontinencia de sus personas, la artística expresión de lo inútil, de lo cotidiano, de lo verdaderamente verdadero. Deseo volver al hogar del deseo, saborear el jugo de la libertad; allí la vida es la que responde... ..tu te rappeles de ce petit garçon?..celui qui jouait sous le ciel de Paris en disant: "que la vie est bèlle..France, je t'aime.."

Corazón delator

Recuerdo aquella noche... caminando bajo la intempestiva e incansable lluvia... sintiendo el recorrer de las gotas por mi cuerpo, el frío invernal por mis huesos... el suelo resbaladizo, el ambiente muy húmedo... corríamos juntos, agarrados de la mano... todo nuestro contorno se hacía pequeño, se fragmentaba... el devenir del tiempo se detenía... el fluir de las cosas cesaba... mis músculos, temblorosos, ansiaban tocarla... y el pulso se hacía cada vez más fuerte... cada nuevo latido provocaba en mí la sensación de infinitud... y no dejaba de latir... más, y más... el amor tocó a la puerta de mi corazón... y él, como relataba el viejo Allan Poe, me delató...

Caminar junto a ti

Todavía me vienen imágenes tuyas a la cabeza. Aún recuerdo la dulzura de tu voz por la mañana; tu mirada desenfadada; tu delicada y suave piel. Echo de menos tocarte, besarte... echo de menos estar a tu lado, sonreír juntos, romper el tiempo de nuestro alrededor... quiero volver a oler tu pelo, acariciar tu cara, y decirte que eres la única mujer de mi vida. Daría cualquier cosa por pasear contigo al amanecer una vez más; daría cualquier cosa por estar contigo de nuevo; daría cualquier cosa por volver caminar, caminar junto a ti...

Amor

Cifraba Heidegger la decadencia de nuestra cultura en el "Olvido del Ser". La constitución de Occidente, centrada en lo meramente óntico, termina desembocando en la "errancia". La "errancia" expresa esa deriva por lo inauténtico, ese vagar por un mundo imposible de habitar. Cortadas las genuinas y originarias relaciones con el Ser, el proyecto que es el hombre queda abocado al fracaso; ya no es posible el cabe-sí. El "Olvido de Ser" puede traducirse -hoy- en el olvido del Amor. El Amor, en tanto que sublimación de las pulsiones individuales en un objeto mayor, es el gran detestado por nuestra cultura consumista y depravada. El obcecado individualismo que nos es propio, reforzado por una economía de mercado semióticamente hiperexpresada, provoca la disolución del concepto de sujeto y, por tanto, también de la noción de responsabilidad. Toda relación de amor supone el respeto y el reconocimiento del "otro", mas esto no es posible en

Derivas de autenticidad

El verdadero mal de nuestro tiempo es la falta de autenticidad. Nuestro modo de estar en el mundo es impropio. Absorbidos en lo cotidiano, seguimos las indicaciones de la masa para huir de nosotros mismos. Así, evitamos la responsabilidad que supone hacerse uno a sí mismo. Erramos por este mundo inmundo, sin valorar nada, sin apreciar nada. Carecemos de morada. Hemos dejado de habitar el mundo para ser amos y dueños del mismo. Nuestro ser, enajenado; nuestra libertad, abandonada.  ¿Y a esto lo llamáis vida? ¿Acaso no es este mundo el último humo de la realidad? ¿Qué más debe ocurrir para que el ser humano escuche de una vez por todas? ¿Todavía no se ha dado cuenta el último hombre de que los ídolos han llegado al ocaso? ¿Cómo soportar esta existencia abrumada por la estupidez y el regocijo de lo inauténtico?