Recientemente el ministro de justicia español, Alberto Ruiz-Gallardón, ha anunciado la reforma de la ley del aborto. El nuevo proyecto de ley establece como delito la interrupción del embarazo en caso de malformación del feto. Es clara la intención ideológica que esta nueva ley tiene; su propósito, contentar al ala ultraconservadora del electorado de derechas. Más allá de esto, ¿qué fundamento ético puede haber detrás de semejante aberración? Sólo una visión desfasada y sesgada puede defender el valor absoluto de la vida por encima incluso del sufrimiento. Ni que decir tiene que dentro del debate está el problema de hasta dónde el aborto es un derecho exclusivo de la mujer; en cualquier caso, considero absurdo y estéril el argumento según el cual el feto es una persona. En las fases tempranas de su desarrollo -hasta las 18 primeras semanas- el feto tiene una sensibilidad semejante a la de una ameba. La iglesia, el PP y las organizaciones pro-vida critican y maldicen el aborto apeland...