Echo de menos el frío matinal de París bajo el olor del pan caliente. Añoro ese aroma romántico y desenfadado de mi tierra, mi país; echo de menos la musicalidad del francés, echo de menos pasear por las tierras de Proust, Rimbaud, Victor Hugo y Julio Verne. Recuerdo con melancolía la belleza de sus paisajes, la incontinencia de sus personas, la artística expresión de lo inútil, de lo cotidiano, de lo verdaderamente verdadero. Deseo volver al hogar del deseo, saborear el jugo de la libertad; allí la vida es la que responde...
..tu te rappeles de ce petit garçon?..celui qui jouait sous le ciel de Paris en disant: "que la vie est bèlle..France, je t'aime.."
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