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Crítica de "Babylon": Un anime sobre la justicia y el mal

Recientemente me he reconciliado con el anime. Ver series de anime es complicado. Por lo general, requiere una importante inversión de tiempo y no siempre da buenos resultados. Se produce tanto anime que, salvo que uno sea un verdadero entusiasta, deberá previamente filtrar y seleccionar el contenido que quiere ver, en función de sus intereses y otros elementos a tener en cuenta (por ejemplo, la duración del anime o el número de temporadas). El caso es que buceando un poco por la red (emprendiendo esa tarea previa de filtrado), llegué a un blog en el que aparecía "Babylon" como uno de los animes más destacados del año 2019. La temática -sobre la que ahora hablaremos- y su corta duración -12 episodios- me convencieron. Decidí, entonces, darle una oportunidad.

Babylon es una adaptación de manga realizada por el estudio de animación Revoroot. Más concretamente, de una serie de novelas japonesas escritas por Mado Nozaki e ilustradas por Zain que llevan el mismo nombre. Su género se encuadra perfectamente en el Seinen; se trata, por tanto, de una serie enfocada a los adultos, con más elaboración en la trama y en los personajes que en el Shōnen (anime destinado a los adolescentes), cuyos temas nucleares son la política, la investigación criminal y un debate de corte filosófico sobre nociones como la justicia, el bien o el mal. Debido a los temas abordados, así como a su categorización, lo cierto es que el desarollo de los capítulos puede percibirse en ocasiones como lento, aunque ello no obsta para la presencia de escenas con buen ritmo y emocionantes giros narrativos. En particular, me ha parecido excelente el uso de la música como elemento de ayuda para contextualizar la acción y provocar la inmersión del espectador. 

El personaje principal es Zen Saizaki, un fiscal de un distrito de reciente creación llamado Shiniki, cerca de la zona oeste de Tokio. Seizaki se caracteriza por sus fuertes valores morales, siendo un luchador implacable contra la corrupción y defensor férreo de la justicia. Sobre sus investigaciones y el posterior desarrollo de la trama no diré nada, porque no quiero que en esta crítica haya demasiados spoilers. No obstante, puede decirse que la mayor parte del tiempo seguimos las acciones de Seizaki, y solo de forma secundaria se centra la narración en los personajes secundarios. Salvo por cierto motivo que no puedo destripar, lo cierto es que estos personajes secundarios no tienen mucha relevancia. A decir verdad, el grueso del argumento reside en la disputa entre Zen Saizaki y su antogonista, una mujer de nombre Ai Magase que, debido a su extraordinario físico y cierta habilidad mágica, tiene la capacidad de convencer a la gente para que se suicide. 

Partiendo de este planteamiento, el anime mezcla con buena proporción las dosis de efectismo necesario para mantener enganchado al espectador con las reflexiones teóricas sobre el bien y el mal, y el ideal de justicia. Y es que la habilidad de Ai Magase será utilizada por el joven y reciente electo alcalde de Shiniki para plantear, en la vorágine de un plan perfectamente calculado, el debate sobre una ley del suicidio. ¿Está justificado el suicidio? ¿El suicidio es bueno o malo? ¿Por qué? ¿Deberíamos dar la libertad de suicidarse a todo aquel que quisiera libremente adoptar tal decisión? ¿Qué implicaciones morales tiene el suicidio? ¿Consiste la justicia en proteger la vida a toda costa? En fin, esta y otras preguntas son abordadas en el desarrollo de la trama, gracias al debate y la lucha entre Saizaki y Magase, cuya resolución estoy seguro no dejará indiferente a nadie. 

Desde un punto de vista personal, quizá por mi formación en Filosofía, no veo que las reflexiones abordadas en el anime sean excesivamente profundas. Esto, per se, no es algo negativo; al contrario, puede suponer un interesante acercamiento filosófico para espectadores no especialistas. En mi opinión, al final, sobre todo los 4 últimos capítulos, el creador decide tomar un camino arriesgado, cambiando muchos aspectos de lo que venían siendo los capítulos anteriores, sobre todo en cuestiones de ritmo de la trama, de localización de los personajes y de coherencia narrativa. A pesar de todo, no me parece que el final sea malo; de hecho, creo que es consecuente con lo planteado a lo largo de la serie. 

En definitiva, Babylon es uno de esos animes que pueden verse en un par de días, que no resultan ni mucho menos perfecto, pero que para el público adulto puede ser un producto interesante.


Comentarios

  1. En resumen, el anime es un medio emocionante y diverso que puede proporcionar a los fanáticos una gran cantidad de entretenimiento, cultura y perspectivas únicas. Desde la animación detallada y la música emocional hasta los personajes memorables y las historias profundas, el anime tiene mucho que ofrecer a cualquier persona que esté dispuesta a sumergirse en este mundo fascinante http://www1.verhentai.top. Si eres un fanático del anime, hay muchas razones para seguir explorando este medio y descubrir nuevas series y películas que te emocionen y te inspiren.

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  2. Antes de verla me puse a buscar unas cuantas críticas de Babylon, gracias por haberle dedicado tiempo.

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