Son muchas las veces me he preguntado por la naturaleza del ser humano. El caso es que me desconcierta -y mucho- el "hecho" de que nuestra existencia carezca de un propósito, de un objetivo. Parece que hemos asumido, consciente o inconscientemente, que nuestra vida se reduce a la mera supervivencia; no hay un fin mayor al que aspirar. Nuestra naturaleza, por tanto, se reduce, precisamente, a no tener naturaleza; esto es, a libertad. ¿Qué significa esto? Simple y llanamente: que el sentido de nuestra vida sólo puede venir desde nosotros mismos.
Pues bien, yo no estoy de acuerdo con esto. ¿Por qué? Porque creo que una vida completamente libre, carente de todo propósito, es, por sí misma, absurda. Es absurdo afirmar la libertad humana y negar la obligación que implica, necesariamente, dicha libertad. ¿Qué significa "libertad" sino aceptar nuestro destino? En efecto, sólo una libertad "destinada" tendría algún sentido para nuestro frágil y débil intelecto humano. Pensad esto: ¿no implica la libertad la necesidad de aceptar que podemos hacer lo que queremos, es decir, que nuestras vidas no están determinadas? Y esto, ¿acaso no es una nueva forma de "determinación"?
La vida sí que tiene un sentido, el de recorrer las sendas de nuestro destino. ¿Qué destino es ése? Paradójicamente, la libertad. Por ello, abraza el camino que te ha sido dado. Vive libre.
Pues bien, yo no estoy de acuerdo con esto. ¿Por qué? Porque creo que una vida completamente libre, carente de todo propósito, es, por sí misma, absurda. Es absurdo afirmar la libertad humana y negar la obligación que implica, necesariamente, dicha libertad. ¿Qué significa "libertad" sino aceptar nuestro destino? En efecto, sólo una libertad "destinada" tendría algún sentido para nuestro frágil y débil intelecto humano. Pensad esto: ¿no implica la libertad la necesidad de aceptar que podemos hacer lo que queremos, es decir, que nuestras vidas no están determinadas? Y esto, ¿acaso no es una nueva forma de "determinación"?
La vida sí que tiene un sentido, el de recorrer las sendas de nuestro destino. ¿Qué destino es ése? Paradójicamente, la libertad. Por ello, abraza el camino que te ha sido dado. Vive libre.
Comentarios
Publicar un comentario