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La socialdemocracia: una estrategia evolutivamente estable

Mi intención en el siguiente ensayo es hacer una defensa de la socialdemocracia en base a un estudio interdisciplinar que aúna toda una serie de disciplinas como pueden ser la biología, la ética o la economía. Trato de mostrar que una postura relativista en lo que respecta a las ciencias humanas es, desde principio a fin, insostenible. El hilo conductor de todo lo que se va a exponer aquí no responde sino al interés -básico- de buscar el mejor modelo de conocimiento posible. Ello requiere un importante esfuerzo por juntar dominios y formas de pensamiento muy dispersos y alejados entre sí. Esto último no quiere decir que no sea posible, pero desde luego no es tarea de un sólo día.

En primer lugar y antes de nada, me gustaría definir brevemente mi idea de lo que es la socialdemocracia, de tal modo que se eviten equívocos innecesarios y entorpecedores. La socialdemocracia no es sino la defensa del socialismo desde una estricta y firme base democrática. Esto es, la socialdemocracia se basa en la participación ciudadana, en la reforma de las instituciones y en una visión ampliamente progresista. Aquí nadie aboga por la violencia, ni por destruir la propiedad privada, ni por ningún otro tipo de ideal marxista (que en el fondo se nos muestra como un residuo anacrónio e impertinente para la construcción de una visión moderna de la política). En definitiva, la socialdemicracia es una posición moderada cuyos valores fundamentales son la igualdad, la solidaridad y la libertad.

Dicho esto, me gustaría exponer las tesis a partir de las cuales creo que la socialdemocracia es la mejor opción política. La primera tesis a tener en cuenta es que el ser humano -con toda su complejidad- es el producto de un proceso de evolución selectiva; es decir, nuestro diseño responde a unos intereses concretos y particulares. Será necesario, por tanto, estudiar ese diseño a la luz de los avances en biología molecular, genética, embriología, etc. La segunda tesis, no menos importante que la primera, hace referencia a la distintas opciones o "estrategias" que podemos adoptar para hacer óptimo ese interés al que responde nuestro diseño fisiológico. Aquí tienen un papel importante la economía y la teoría de juegos. La tercera tesis o conclusión sería que sólo el modelo de la socialdemocracia llevado a una escala supraestatal es capaz de dar cuenta de las tesis anteriores y resolver los grandes problemas que acaecen en nuestros días.

Centrémonos ahora en la primera de las tesis: somos el producto de un proceso de selección natural. La evolución es un hecho incuestionable. Ahora bien, ¿en qué medida condiciona la evolución el mundo humano? La respuesta es contundente: en gran medida. Tal vez os parezca que la teoría de la evolución, con todas sus implicaciones, tiene poco que ver con la política; yo creo que eso se debe a unas categorías distorsionadoras de la realidad heredadas de nuestra tradición. Ya los sofistas establecían una dicotomía entre cultura y naturaleza; qué decir del judeocristianismo, con su ideología del odio al cuerpo. Lo que hay -más bien- es toda una cantidad abrumadora de evidencias científicas que pone de manifiesto que el ser humano -igual que el resto de animales- está condicionado en gran medida por su biología. Sólo comprendiendo nuestra propia morfología estaremos en condiciones de emitir un correcto juicio acerca del mejor sistema de organización social y económica. La pregunta entonces es: ¿cómo es nuestra morfología? Nosotros -y el resto de animales- somos máquinas de supervivencia. Nuestra existencia viene marcada por las unidades que hicieron posible la vida: los replicadores. En otros términos, somos organismos que sirven de vehículos a los genes (unidades que contienen el ADN) para que éstos pasen a la siguiente generación. No todo está en los genes, pero todo tiene una aplicación (positiva o negativa) para con los genes; es decir, somos libres en tanto que podemos actuar contrarios a nuestra naturaleza, pero eso no impide que tengamos una naturaleza . El diseño no implica necesariamente funcionalidad, simplemente predispone más para ciertas prácticas que para otras. ¿Y de dónde viene la libertad entonces? No creo que ningún ser humano esté en condiciones de responder a esa pregunta, así que asumimos la libertad como un postulado necesario y pasamos a la segunda tesis.

Existen distintas opciones o "estrategias" de cara al éxito evolutivo. Habrá que ver cuál de ellas nos permite optimizar el comportamiento de nuestros genes. Aquí se va a defender el altruísmo recíproco. El altruismo recíproco, a diferencia del egoísmo o del altruismo incondicional, es -en términos de John Maynard Smith- una estrategia evolutivamente estable. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que es una estrategia que no deja que otras estrategias alternativas la invadan. Este concepto de estrategia tiene que ver con la economía y la teoría de juegos, donde lo que se busca es el mejor resultado posible en un proceso de negociación que incluye distintos individuos con intereses similares. Una aplicación del equilibrio de Nash a la selección natural nos da la clave del comportamiento más exitoso. Casos paradigmáticos son por ejemplo el "dilema del prisionero", donde los individuos consiguen un mejor resultado si cooperan. La mejor opción, por tanto, es cooperar siempre y cuando los otros cooperen con nosotros. Esta idea entronca muy bien con los planteamientos socialdemócratas y no tanto con el neoliberalismo, que promueve la competitividad y la meritocracia. Mi tesis, por el contrario, expulsa a los "gorrones" y promueve la participación de todos (tampoco el altruista incondicional tiene éxito). 

Con estos sólidos planteamientos en nuestras manos, estamos en condiciones de decir que sólo un sistema político y económico que tenga presente cómo es el ser humano y qué naturaleza tiene es capaz de dar cuenta de sus problemas. En este sentido, la socialdemocracia ofrece un marco de diálogo y cooperación entre los distintos países del mundo para buscar una solución equitativa a todos nuestros problemas. Un modelo económico progresista que involucre a todos los agentes sociales, que redistribuya las riquezas a través de la progresividad fiscal, que persiga el fraude, los monopolios y los holdings financieros, que pueda ser intervenido por el Estado en momentos cruciales; en definitiva, que respete esa naturaleza humana de cooperación y altruismo recíproco, no permitiendo la opresión de determinadas instituciones coercitivas. Sólo así, podrá el ser humano progresar sin destruir al otro. 

Merece la pena luchar por el prójimo, pero no pongas la otra mejilla cuando te abofeteen.

Comentarios

  1. Que pasa Dani, he visto tu entrada y no he podido evitar la tentación de comentarlo. No comprendo bien que quieres decir cuando afirmas que el hombre puede ir contra su naturaleza, quiero decir, en mi opinión, todo comportamiento del hombre debe ser posible a nivel genético y por tanto natural; viendo el amplio comportamiento humano -capaz de lo mejor y de lo peor- creo que le quitas importancia al papel del ambiente. Además, creo que el ambiente es fundamental para la aplicación correcta de juegos de suma no nula. Estoy de acuerdo en que genéticamente estamos predispuestos a ser cooperativos, pues eso facilita la supervivencia, pero también estamos predispuestos a la competitividad y la lucha por una posición social. Aunque todo lo social está impregnado de aditividad no nula, también se dan juegos de suma cero, es decir, vencedores y vencidos. Creo que en parte, la posibilidad para alcanzar el óptimo de Pareto, depende fundamental de las circunstancias. El problema que yo veo al plantear la social democracia en términos de altruismo recíproco (con base genética) es explicar: 1.- nuestro comportamiento hacia individuos que no pueden actuar de manera recíproca como discapacitados mentales o físicos; 2.- también veo un problema el delimitar que es exactamente lo recíproco, es algo económico, espitual, afectivo, artístico... ? En el primer caso parece un comportamiento que se acerca totalmente a lo altruista, en el segundo caso parece que la excesiva complejidad de las sociedades humanas hace difícil una tasación exacta. Crees que no hay cooperación en un sistema neoliberal? Por otro lado, la historia nos muestra una constante tendencia a ampliar los "derechos de igualdad" y a una mayor equidad, así que, y siguiendo las leyes de la termodinámica, estoy de acuerdo contigo, no sólo en que la socialdemocracia es posible, sino que parece que es una conclusión histórica. Enhorabuena por tu blog, espero que mi comentario te sea útil. Un abrazo!

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  2. Que tal Fidel. Tienes razón en tu crítica del ambiente, aunque no he querido hacer una entrada excesivamente larga y por eso muchos puntos se dejan de explicar, como puede ser el factor nurture, los tipo de juego suma cero, etc. pero, en cualquier caso, cuando hablo de comportamientos que van contra la naturaleza humana no me refiero tanto a que son anti-naturales como a que son menos óptimos o eficaces para determinados fines. La idea es más económica que biológica. No sé si me explico bien.

    Hay cosas en las que me apoyo para argumentar y que no están explicitadas en el texto. Por ejemplo, gracias a simulaciones de ordenador se ha podido demostrar que los comportamientos competitivos y egoístas sólo son efectivos cuando hay antes comportamientos cooperativos. A lo mejor eso explica los avances (todavía insuficientes) que se ha dando a lo largo de la historia. Si te das cuenta los comportamientos cooperativos son cada ves más estables a nivel evolutivo que el resto de comportamientos.

    En cuanto a los dos puntos que mencionas sobre la socialdemocracia, el primero no tiene respuesta si entendemos la reciprocidad como una relación binaria. Está claro que un discapacitado no puede ser recíproco, pero dentro de un sistema social complejo esa reciprocidad puede entenderse má ampliamente y venir de la mano del Estado, o de una comunidad, etc. En cuanto al segundo y en consonancia con esto que digo, la reciprocidad no puede definirse de una manera rígida, aunque dentro de unos límites más o menos claros podremos entender qué es un comportamiento recíproco.

    Por último, en relación a si es posible la cooperación en el neoliberalismo mi respuesta es que no. Claro que el neoliberalismo no se practica a nivel real en ningún país del mundo. Lo que desde luego me parece una estupidez es la idea de la Mano Invisible de Adam Smith, ese mecanismo que al final traduciría los esfuerzos personales en una mejora de la sociedad, un disparate.

    En cualquier caso, gracias por leer la entrada y por tu comentario. Mi intención es dar alguna base científica al dominio de las ciencias humanas y, de paso, romper una lanza a favor de un ideario político que, a mi juicio, es muy necesario para Europa en estos momentos. Pero eso lo pondré en otro entrada, jajaja. Un abrazo!

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