El "found footage" o metraje encontrado es un subgénero cinematrográfico que se ubica dentro de la categoría del cine de terror. Se caracteriza por emplear el recurso narrativo de grabar con la "cámara en mano"; con esta técnica, la historia es vivida en primera persona y las secuencias se plasman con mayor realismo. A diferencia de una narración convencional, el found footage prescinde del uso de los planos como herramientas visuales y apuesta por la inmersión del espectador en la atmósfera del film. Por lo general, las temáticas que se abordan en este tipo de películas suelen estar relacionadas con el mundo alienígena, el espiritismo, las leyendas urbanas, la presencia de un demonio o algún fenómeno paranormal. Si bien es cierto que el arco de problemas es bastante limitado, el found footage posee una fuerza narrativa propia que entronca con el cine más vanguardista de los años 90. Con todo, la producción de películas de este subgénero no esta exenta de imitaciones y copias baratas de lo que han sido obras pioneras como "Holocausto Caníbal" (1980), "La Bruja de Blair" (1999), "REC" (2007) o la "Saga Paranormal Activity" (2007-actualidad). Quizás el error más recurrente de la mayoría de found footage sea el hecho de que insisten empecinadamente en repetir una fórmula ya conocida. A este respecto, la consabida estructura de 20-30 minutos de presentación de los personajes, con diálogos de humor y bromas por doquier, seguida del nudo o argumento principal y rematada con una conclusión abierta lastra el posible desarrollo de nuevas perspectivas. Además, se ha hecho un énfasis excesivo en la técnica consistente en mezclar planos en movimiento con planos-secuencia fijos, algo que el mismísimo Oren Peli, creador de "Paranomal Activity" y director de "Area 51" (2015), debería hacerse ver por cansino. Sin embargo, los movimientos de cámara y la distorsión del plano, bien usados, hacen posible la alteración del orden tradicional de las películas de terror y abren nuevos campos semánticos aún por explorar. El carácter elusivo del found footage subordina el papel pasivo del espectador a nuevos requerimientos más cercanos a una lógica teatral.
En todo caso, considero que el found footage, a pesar de sus limitaciones narrativas, tiene un potencial intrínseco para modificar y dar un soplo de aire nuevo al cine de terror. Pero, para ello, debería profundizar en crear buenos guiones, superando la mera construcción de una atmósfera angustiosa y "silenthilleriana", algo que el gustoso del cine de miedo siempre busca. Por ejemplo, "Grave Encounters" (2011) consigue hacernos llegar a esa atmósfera, pero falla en la ejecución del argumento (ni que decir tiene que su secuela es totalmente prescindible). Otros films como "The Sacrament" (2013) arriban a un universo singular y propio, a pesar de que adolece del gran error del found footage, a saber, la incapacidad para justificar por qué el protagonista sigue grabando en momentos de alta tensión. También hay planteamientos interesantes, como la española "La Cueva" (2014), la meta-narración que hallamos en la saga VHS (2012-actualidad), la pequeña joya de "El último exorcismo" (2010), el vertiginoso recorrido por Nueva York en "Cloverfield" (2008) o el experimento de "Chronicle" (2012). Pero también hay truños enormes como "Así en la Tierra como en el Infierno" (2014) o "El heredero del diablo" (2014). En suma, un género exquisito a pesar de todos sus defectos; razón por la cual debe y puede ser superado. Todo amante del cine de terror lo agradecerá.
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